Si hay algo de lo que estoy muy MUY pendiente todo el tiempo, es de mis uñas. De partida las tengo muy débiles, se me descascaran y cuando están perfect no falta el obstáculo que las quiebra.
Para mí, las uñas son como una carta de presentación, que muestra la preocupación de cada una por estar presentables. Quizás sueno súper a la antigua, pero así me enseñó mi mami, y andar con las uñas atroces es imperdonable.
Pero para que no gasten mucha playa yendo al salón de belleza con cada uña rota, les dejo como consejo los pasos que sigo para una manicure básica casera:
Necesitarás:
♥ Quita esmalte
♥ Lima de uñas tradicional
♥ Lima de uñas para pulir
♥ Brillo fortalecedor
Lo primero es quitar todo el esmalte (si es que tienes) y lavarse las manos. Luego, debes emparejar las uñas. si están muy largas y no tienes paciencia, te recomiendo cortarlas y luego usar la lima para emparejar. Fíjate que por debajo no queden “hilachas” o restos de uña, algo que suele pasar cuando las limas.
Cuando ya estén todas listas, lávate nuevamente las manos, pasando un cepillo dental viejo por las uñas para sacar todos los restos. No te apliques crema de inmediato (algunas tenemos la costumbre de hacerlo después de cada lavado de manos).
Ahora es tiempo de pulir. Para ello existen limas especiales, que tienen dos lados: el primero pule y el segundo saca brillo. ¡Quedarán como si le hubieras aplicado una mano de base coat!
Después de lavar por última vez tus manos, para que no quede ningún resto, aplica un brillo fortalecedor. Al menos en mi caso, las uñas se me descascaran y quiebran con facilidad, algo muy molesto a la hora de usar pantys.
Luego de que esté seco el esmalte, puedes pintar con tu color favorito o diseñar algo bonito. Incluso puedes dejarlas así “al natural”. Estos pasos también sirven para arreglar las uñas de los pies, zona delicada de la que hablaremos más adelante (porque con 30 grados de calor chiquillas, es necesaria la depilación y pedicure).
La importancia de la manicure (y mantener las uñas bonitas).
Como ya les había comentado arriba, nuestras manos -al igual que nuestra cara-, son nuestra carta de presentación. Ellas hablan mucho de nosotros, de lo que hacemos y de cuánto nos preocupamos por nosotros mismos.
Además, refleja nuestro estado de salud, además de la preocupación por nuestra presentación personal ante el resto de las personas.
Al principio cuesta hacerse el hábito de la manicure, una actividad que se puede hacer casi a cualquier hora y que con la práctica cada vez resulta más rápido. Es cosa de hacerse el tiempo o incluso, compartir con tus amigas mientras estás arreglándote. ¿Cada cuánto te preocupas de arreglar tus uñas?