15 49.0138 8.38624 1 0 4000 1 https://nosoyfashionista.cl 300 true 0
theme-sticky-logo-alt

Mini manual de advertencia para cuando te sientas ajeno

4 Comments
¡Nuestra pequeña Macou ha vuelto a cooperarnos con una columnita esta semana! Esta vez, a raíz de una conversación que tuvimos sobre lo que pasa cuando te vas de casa y terminas el tiempo de locurasoyadultojovenhagamoshueás. Pasa que muchas veces, uno se empieza a conocer, agarra su propio ritmo y toma sus propias costumbres… Sintiéndose ajenos más tarde en la casa de sus propios papás, donde crecieron y vivieron en los últimos años.
¿Les ha pasado a ustedes?
_________________
El otro día una amiga me contaba lo ajena que se sentía en su propia casa, luego de llevar algunos meses viviendo sola. Te entiendo, le dije, porque a mí me pasó igual. Pero ¿es esto algo recurrente en las nuevas generaciones?
Hace dos años y algo me independicé y me fui bastante lejos de la familia, algo que desde el colegio había querido. Ese traspaso de llaves a lo que sabes, será TU propio hogar, no se compara con muchas cosas. La idea de comenzar hacer todo sola es emocionante y a la vez atemorizante, sin embargo, es uno de esos miedos que nos gusta vivir.

Para algunos se hace más difícil lograrlo, de hecho, si revisamos estadísticas y esas cosas innecesarias, podemos enterarnos que el paso a la adultez está siendo cada vez más tardío y que no es raro que un amigo o conocido de 30 o más esté todavía con los papás.
Pero por lo mismo ya no lo miramos feo ni creemos que esté tan mal, la mayoría de nosotros (los que estamos entre 20 y 30) pensamos en trabajar poco, ahorrar harto y explorar otros mundos, ejercicio que sólo podemos hacer si no debemos preocuparnos de qué comprarle al depa vacío o el almuerzo de todos los días.
Sin embargo, habemos otros más arriesgados o preocupados de otras cosas, que nos urge dejar el nido y continuar el camino solos, pero la mayoría de los días esto se hace cuesta arriba cuando tu casa, tu familia y tus amigos están lejos.
A pesar de ello, volviendo a nuestro lugar de origen la cosa se pone rara y como le pasó a mi amiga, sentirse ajena ya no es inusual, y no es porque ya no nos necesiten o no formemos parte de su vida, sino porque ya hicimos la nuestra y dejamos de ser recurrentes en sus vidas diarias.
Es raro, súper raro, como una contradicción tras otra, porque a medida que pasa el tiempo y más se va logrando lo que tiempo atrás anhelaste, pareciera que más vas necesitando a los que dejaste atrás, pero que en ningún caso quisiste dejar fuera.
Sucede que los problemas que antes nos parecían prioridad hoy pasan a segundo plano, y la pena de amor o la mala nota ya no es lo más terrible que nos puede pasar, porque atrasarnos en una cuenta o conservar nuestros trabajos, es parte del itinerario rutinario.
Es que parece que eso es convertirse en adulto; obtener tu espacio y hacerse un poco más individualista, querer que sea viernes para acostarse y dormir, pensar durante la tarde que te vas a llegar a cocinar o esperar fin de mes para ver qué falta para la casa.
Así que por eso les digo, piénselo bien antes de decirle chao a los papás, pero tampoco se queden con ellos eternamente.
Previous Post
Workshop Mujer: vuelve el after office más girly de Santiago
Next Post
Review: Máscara capilar Argan Oil de Be Feelosophy
Cami Navarrete

Mami chula de este blog. Periodista picá a fashonblagger que gusta hacer reviews de productos de belleza, ir a conciertos, bailar en el agua y los perritos.

4 Comments

  • Mayo 28, 2014 at 9:06 pm

    Definitivamente es mucho más complicado vivirlo que pensarlo cuando aún estamos en la casa de nuestros padres. Dejar el nido no es un paso fácil…llevo casi un año viviendo lejos y aún echo taaaaaaanto de menos y me cuesta asumir las responsabilidades de “adulta” jajajajajajja

    Reply
    • Mayo 28, 2014 at 9:30 pm

      Jajaja es terrible! Yo igual llevo un año fuera de casa, y es como un poco terrible volver y darte cuenta que ya no se guarda tal o cual cosa donde la dejabas antes. Empezando por eso, ya comienzas a sentirte ajena.

      Saludos, Vito!

      Reply
  • Mayo 28, 2014 at 9:31 pm
    Anonymous

    Qué atroz y qué cierto a la vez… y es verdad que las prioridades cambian totalmente…

    Reply
  • Mayo 28, 2014 at 11:18 pm

    Imaginate vivir sola, pero en la misma ciudad de tu familia. Es super raro cuando te van a ver y no se van nunca (y odiar ese sentimiento), o darte cuenta de que igual puede pasar una semana que no se ven o no hablan.
    Y volver a la casa de tus papis y querer irte rapidito a “tu casa” porque te saturan los problemas tan cotidianos como quién va a aspirar el living o quién le da comida al perro. Da penita sentirte tan lejana.

    Reply

Leave a Reply