Ni tan exigente ni tan libertina: consejos para mantener una dieta saludable este año
Cuando empieza un nuevo año, lo más normal es que se nos antoje fijarnos miles de metas nuevas, que suelen tener que ver con hacer ejercicio todos los días, comer sanísimo, perder diez kilos y aprender dos idiomas. Pero pasan las semanas, no vemos ningún cambio rápido, la ropa nos queda más o menos igual y altiro nos damos por vencidas.
Eso, según yo, revela la manera en la que nos relacionamos con la idea de alcanzar una meta: como si fuera una etapa transitoria, un esfuerzo que hacemos nada más para alcanzar un objetivo, que suele tener que ver con que nos entren unos pantalones de una talla en particular, pero nada que ver con sentirnos mejor, o qué sé yo, vivir por más tiempo.
Pues precisamente por eso es que nos falla el plan. Si queremos incorporar cambios a nuestra vida, pero cambios que duren de verdad, tenemos que hacerlo con otro tipo de mentalidad. Éstos son algunos de mis consejos:
– No te apegues a dietas demasiado drásticas o extremas. Tomar decisiones como, por ejemplo, “no voy a volver a comer chocolate nunca más”, si el chocolate te encanta (y a quién no), no sólo es poco realista, sino que te ubica en una mentalidad de privación que te va a hacer sentir antojos insoportables, eventualmente rendirte ante la tentación, y luego sentir que fracasaste, lo que es muy contraproducente. Es mucho más razonable darte permiso de comer ciertas cosas con moderación y de vez en cuando, restringiendo en todo caso las porciones y manteniendo una proporción adecuada con otros alimentos más saludables.
– Haz las cosas con moderación. Lo mismo del punto anterior, vamos, que si te gusta el copete, una vez a la semana te tomas el trago, pero no todos los días, porque eso no le hace bien a nadie. Si quieres comer menos carne, pues empieza por dejar de comer carne un día a la semana (como los lunes!), y de ahí vas aumentando.
– No te obligues a comer cosas que no te gustan. Busca opciones sanas, pero no te hagas comer brócoli si te carga el brócoli, busca algo que sí te guste (¿las espinacas? ¿el zapallo italiano?) y entonces incorpora esas cosas a tu comida, porque tampoco se trata de que por comer más sano tengas que comer cosas horribles que te hagan sufrir.
– No dejes de salir con tus amigos porque estás a dieta. Come y bebe con moderación, comparte las papas fritas en vez de comerte toda la porción tú sola, o busca restaurantes que tengan alternativas más sanas, como sushi o picoteo de verduras. Lo mismo si vas a pedir a domicilio: no necesariamente tienes que pedir pizza y pollo frito; hay sitios como PedidosYa que tienen su sección de ensaladas y tampoco tienes que elegir una que no te guste, hay mil opciones de platos saludables que están ricos.
– Muévete un poco. Sí, ya sé que la suscripción del gimnasio es la peor mentira que nos decimos a nosotros mismos, sobre todo si no tienes disciplina, pero hay un millón de cosas que puedes hacer para hacer ejercicio y que no necesariamente implican ir a una clase de pilates. Puedes caminar en vez de tomar el metro, ir en bicicleta en vez de manejar, correr en el parque con los perritos o inscribirte en una clase de baile; si eliges hacer algo divertido (e incluso si consigues hacer planes para hacerlo junto con una amiga) será mucho más fácil que lo cumplas, porque lo convertirás en un momento agradable que vas a desear que llegue.
¿Ustedes hacen alguna cosa especial para mantenerse motivadas? ¿Todavía están portándose bien con su meta del año nuevo?